Berlín aborda el arte aborígen de Oceanía con la más importante muestra de los últimos 30 años dedicada a las expresiones culturales de la región Sepik, ubicada en la lejana Papúa-Nueva Guinea.
La exposición denominada «Danza de los ancestros. Arte de los Sepik de Papúa-Nueva Guinea» presenta 220 piezas de la región y se puede visitar hasta el 14 de junio en el museo Martin Gropius Bau de Berlín.
Se trata de una serie de objetos que datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX. De este modo, la exposición permite conocer un estilo de vida totalmente distinto al occidental, una mamanera de pensar tan rica como diferente.
Esta muestra trata de explicar las formas en que las comunidades que viven en la región Sepik marcan claras diferencias entre hombres y mujeres, tienen ritos de transición juventud-adultez y se relacionan de forma singular con sus muertos.
En relación a las ceremonias para despedir y recordar a sus ancestros, se pueden ver varias piezas muy bonitas pues porque las personas desean presentarse de la mejor manera ante sus antepasados, mostrarse felices, ricos, orgullosos, con la piel brillante, tanto hombres como mujeres.
Estos objetos exhibidos poseen una belleza artística y tienen un fin determinado. Destcan varias piezas hechas de madera, plumas, cuero, piedra y fibras vegetales.
Las 220 piezas de esta exposición fueron escogidas para que el visitante se haga una idea de la vida en esas tribus. Así, se pueden ver desde objetos cotidianos, como las preciosas canoas en las que aparecen talladas figuras de cocodrilos, hasta ceremoniales, como máscaras y vestidos.
Se trata de conseguir que los visitantes se sientan como si estuvieran en una de las aldeas, visiten sus distintos espacios, conozcan. la relación de los sepik con sus antepasados, con la cacería, con las guerras y sus ritos de iniciación.
Por último, hay que señarl que las piezas fueron recolectadas por varios científicos y viajeros de Europa, Estados Unidos de Norteamérica y Australia a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Foto vía El Comercio
