El palacio Glienicke (en alemán Schloss Glienicke) fue la residencia de verano del príncipe Carlos de Prusia (1801-1883). Este palacio está ubicado al suroeste de Berlín, próximo al puente de Glienicke. En 1990, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cuando el joven príncipe Carlos de Prusia volvió a Berlín en 1823 de su primer viaje por Italia, retornó con un sueño: quería residir en una villa italiana, con paisajes mediterráneos. Y se decidió por este lugar.
El terreno de de Glienicke se adaptaba muy bien para ello. Dos años después, el arquitecto Karl Friedrich Schinkel empezó a construir el edificio original con el objetivo de levantar una residencia de verano de tipo clásico con una estructura armoniosa y equilibrada. El canon clásico preside este bello palacio.
Por otro lado, el parque Glienicke merece ser visitado con suma atención. Se encuentra decorado con varios edificios pequeños, repletos de detalles alegres. Así, en el pabellón del té, el príncipe alemán mandó traer antiguos mosaicos de Cartago para decorar el suelo. Además, la terraza del antiuog casino está erigida de manera que se obtienen unas vistas preciosas sobre el río Havel.
Desde este palacio berlinés se puede contemplar el puente Glienicke, que atraviesa el río Havel por detrás del palacio y une Berlín con Potsdam. Durante la Guerra Fría, este puente histórico pertenecía una mitad a la República Federal Alemana y la otra a la República Democrática Alemana. Además, era un lugar ideal para el intercambio de espías durante aquellos tiempos.
Por útimo, el Palacio Glienicke se encuentra en la calle Königsstraße, 36. Este bello palacio abre de abril a noviembre entre las 10.00 y las 18.00 horas; y de noviembre a abril entre las 10.00 y las 17.00 horas. El precio de la entrada general es de cuatro euros y el reducido un euro menos.
Foto vía Encyclopedia Encydia