Hace unos años, el oso polar Knut se convirtió en toda una estrella mediática, sobre todo, para los niños después de que su madre le rechazase cuando nació y tuviese que ser criado con mucho amor por los cuidadores del zoo de Berlín.
Tres años después de su fallecmiento a causa de un ataque epiléptico, Knut, al fin, ha vuelto a Berlín. La escultura creada con sus restos es la nueva atracción de una exposición sobre la taxidermia, el arte de disecar animales, que se puede contemplar en el Museo de Historia Natural de la capital alemana.