Comer en el barrio de Mitte

 

El barrio de Mitte es uno de los iconos turísticos de Berlín. Cada día miles de visitantes pasean por sus calles. Si eres uno de ellos, te voy a recomendar una serie de establecimientos donde podremos desayunar, comer, merendar o cenar.

1º. Meyerbeer:

Se encuentra en Eberstrasse, 24. En el edificio del Bundestag, es un elegante local donde los visitantes pueden desayunar hasta las 22.30 horas por 3-17 euros., incluye 14 cafés distintos en su carta. El mejor menú, para dos y con champán, Meyerbeer’s Duett.

2º. Brasserie am Gendarmenmarkt:

Se halla en Taubenstr, 30. Tiene buena cocina internacional, predominamente alsaciana, bancos de cuero rojo y clientes melómanos que acuden después de la ópera o de los conciertos; al mediodía, se pueden comer por entre 10-20 euros.

3º. Operncafé:

Está en Unter d¡en Linden, 5. Cuenta con una amplia terraza en el jardín y otras más amplia en el restaurante del primer piso. A pesar de estar situado en el Opernpaladis, las camareras de blancos delantales son castizas; sirven pasteles por unos tres euros la pieza.

4º. Café Einstein:

Ya en pleno bulevar, en la esquina con Neustädtische Kirchstrasse, cuenta con una sala de exposicions en el sótano; sirve uno de los mejores cafés de Berlín y tan buenos pasteles como los de la casa principal, en Tiergarten.

5º. Aigner:

Está en la Französische Street, 25. Es un local para gourmets de calse y sucursla del histórico café de Viena del mismo nombre. En verano, se puede cenar bajo los bellos soportales por unos 14-25 euros por plato principal.

6º. Barcelona:

En la confluencia de Torstrasse con Oranienburger Strasse, está uno de los mejores locales españoles de Berlín. Tiene una muy buena iluminación y a veces hay espectáculos de baile flamenco. Cuenta con 14 mesas. Especialidad en paella, tortillas, parrillada de pescado y vino con aceitunas.

7º. Tadschikische Teestube:

Se halla detrás de la Neue Wache, en el primer piso del palacio que hay al lado del Teatro Gorki. Se puede tomar el mejor té del Mar Negro y probar pasteles rusos descansando sobre cojines y alfombras, regalo de la antigua Unión Soviética a la no menos antigua República Democrática Alemana, y a precios populares.

Foto vía Unlike City Guides

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