La Catedral de Berlín

La Catedral de Berlín (Berliner Dom) se encuentra en Lustgarten. Se puede llegar en los autobuses números 100 y 200. Abre de lunes a sábado desde las 9.00 a las 19.00 horas, y el domingo desde las 11.30  las 17.00 horas. La entrada es de pago y permite visitar el templo, la galería y la cúpula.  Se trata del edificio religioso más representativo de la capital alemana.

 La Catedral de Berlín es  un templo de la Iglesia Evangélica en Alemania Cuando en 1930 la Santa Sede estableció por primera vez una diócesis católica en Berlín, la catedral de Berlín había sido ya un templo protestante  con anterioridad. Aquí reside el Obispo metropolitano de Berlín.

La primera piedra de este edificio neobarroco se colocó en 1894 y la última en 1905. Antes incluso de cruzar el Schlossbrücke, o Puente del Castillo, la magnífica silueta de la Catedral se hace bien visible.  Y es que este templo pretendía dar a la capital de Alemania nada más y nada menos que el rango de «la Roma de los protetantes«.

Sus amplios interiores podían acoger a más de 2.000 personas, además de tener una planata y un aspecto exterior de lo más imponente. Como todo edificio en Berlín, la catedral sufrió irreparables daños durante la Segunda Guerra Mundial; el asedio de Berlín fue agónico.

Con el fin de la guerra la Catedral de Berlín quedó en el sector soviético y en un primer momento no se tocó. Años después, arquitectos de régimen comunista se encargaron de una rehabilitación parcial y sin mucho esmero. Al menos, se rehabilitó la vieja cúpula, que fue sustituida por la actual, hecha en cobre.

Sería con la Reunificación alemana, a partir de 1990, cuando la restauración de la catedral berlinesa se llevase a cabo bajo un proyecto serio que, sin duda alguna, le ha devuelto toda su antigua solemnida. Hay que fijarse con atención en los detalles, porque son reproducciones exactas de los originales.

En su interior se puede visitar la tumba-cripta de los Hohenzollern, llamada popularmente Tumba de los Emperadores, donde están los restos de un centenar de reyes prusianos.

Por último, durante las misas y a diario se pueden escuchar conciertos de órgano, ya que la acústica es maravillosa. Finalmente, subir para ver la panorámica que se contempla desde la galería supone subir casi 300 escalones.

Foto vía Viaje Jet

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