El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. Unas semanas después, la parte comprendida entre el Reichstag y la Puerta de Brandeburgo ya estaba repleta de agujeros. Tanto los berlineses como los turistas comenzaron a recoger trozos del hormigón que había dividido Berlín durante 28 años.
Hoy en día, los vendedores ambulantes continúan ofreciendo pedazos de la famosa pared. El Muro sigue siendo un negocio. Sus restos están diseminados por todo en plenta : en museos, monumentos, exposiciones, tiendas, etc.
Actualmente en Berlín solo hay unas pocas secciones originales del Muro, pero éste sobrevive como souvenir. Hay llaveros, imanes o postales, que incluyen un fragmento del Muro de Berlín. Por ejemplo, en una tienda al lado del antiguo paso fronterizo Checkpoint Charlie se pueden adquirir trozos del Muro a partir de 4,90 euros