Berlín ha instalado en sus calles más de 30 ‘frigoríficos sociales’. Esta singular iniciativa consiste en la colocación de neveras en varios establecimientos y puntos de la capital germana donde los voluntarios depositan la comida que les sobra o que recogen de supermercados para conservarla y ofrecérsela a todo aquel que la necesite en el día a día.
Los responsables de esta campaña son la asociación alemana Lebensmitteltetter. Su fundador, Raphael Fellmer, es un joven que aboga por el estilo de vida anticonsumista, y lleva varios años viviendo sin darle uso al dinero, por voluntad propia, junto a su novia y sus dos hijos.
El funcionamiento de la iniciativa de los frigoríficos sociales arranaca recorriendo cada semana los mercados de Berlín para recoger todos los alimentos que se puedan comer, pero que por algún motivo estético no son aptos para la venta.
Luego, se procede a repartir la comida. Así, se han instalado estanterías y frigoríficos por varios puntos de la ciudad para que la gente pueda acceder gratuitamente a estos productos. En concreto, en Berlín hay 21 frigoríficos instalados en el interior de establecimientos que apoyan esta iniciativa, además de los que se encuentran en las calles.
Esta campaña está teniendo mucho éxito pues hay puntos de comida que son rellenados varias veces al día. Esto se consigue merced a la colaboración de personas de todo tipo entre los que se destacan incluso algunos turistas solidarios.
Además, cadenas de supermercados como Bio Company, que se dedica al comercio de productos ecológicos, se han implicado en este proyecto, ampliando los puntos con neveras sociales a ciudades como Postdam o Hamburgo.
No hay que olvidar que el 40% de la comida global que se produce acaba siendo tirada. Solo en la Unión Europea se desaprovechan al año más de cien millones de toneladas de alimentos y la cifra no para de crecer. Con lo que se tira al año en toda Europa se puede alimentar a la población española durante tres años.
Foto vía Playground Noticias
